La madera es considerada la primera fuente de energía de la humanidad. Actualmente, sigue siendo la fuente de energía renovable más importante que, por sí sola, proporciona más del 9% del suministro total de energía primaria a nivel mundial. La dendroenergía es tan importante como todas las otras fuentes de energía renovable juntas (hidroeléctrica, geotérmica, residuos, biogás, solar y biocombustibles líquidos).
Más de 2 000 millones de personas dependen de la dendroenergia para cocinar y/o calentarse, especialmente en los hogares de los países en desarrollo. Esta representa la única fuente de energía asequible y disponible a nivel nacional. El empleo de combustibles de madera por los hogares privados para la cocción de alimentos y la calefacción es responsable de un tercio del consumo mundial de energía renovable, lo que hace de la madera la energía más descentralizada del mundo.
Los combustibles de madera derivan de numerosas fuentes, por ejemplo bosques, otras tierras boscosas y árboles fuera de los bosques, subproductos de la elaboración maderera, madera recuperada después de su uso y dendrocombustibles elaborados. La dendroenergía también es un combustible auxiliar importante en situaciones de emergencia.
En los últimos años, la dendroenergía ha llamado la atención como una alternativa ecológica a la energía fósil, especialmente en aplicaciones industriales para la generación de calor y potencia, y la co-combustión para la generación de bioelectricidad. Una prioridad clave es la alineación de las políticas energéticas de manera que la producción y el uso de la biomasa maderera para energía se basen en lo que pueda ser suministrado de forma sostenible. La FAO asiste a los estados miembros para mejorar la situación sobre la producción y el consumo de la dendroenergía en términos de viabilidad social y económica, sostenibilidad ecológica, eficiencia de recursos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Durante el pasado decenio, las políticas encaminadas a fomentar el empleo de energía renovable han cobrado una importancia creciente en el ámbito de los esfuerzos para reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables, como los combustibles fósiles y sus elevados precios, y de las estrategias para afrontar el calentamiento mundial junto con nuevas políticas energéticas y medio ambientales. Se ha encontrado que la dendroenergía es una fuente potencialmente importante de energía renovable y, por esta razón, varios países desarrollados se interesan en incrementar su utilización. Además, la dendroenergía sigue siendo la fuente más importante de energía para más de dos mil millones de personas de países en desarrollo que cuentan con pocas otras fuentes de energía. Así, la madera se utiliza cada vez más para producir energía.
Actualmente, la dendroenergía representa un 5 por ciento aproximadamente del suministro total de energía primaria (STEP) y la leña es con mucho la fuente más importante de dendroenergía. Sin embargo, su importancia en relación con el suministro total de energía difiere mucho según los países y regiones. Por ejemplo, la dendroenergía (sobre todo leña) representa más de los dos tercios del STEP en la República del Congo, Eritrea, Etiopía, Mozambique y la República Unida de Tanzanía, y más de la mitad en Haití, Nepal y el Paraguay. En Europa, la contribución total de la dendroenergía al STEP es muy baja (alrededor del 1 por ciento), pero hay grandes diferencias entre los países. Por ejemplo, en Finlandia y Suecia, representa el 14 y el 10 por ciento del STEP, respectivamente, debido a la gran industria de la pasta y el papel y a la utilización de licor negro para la producción de energía.
La importancia de la dendroenergía como forma de utilización de los bosques y árboles varía también mucho según los países y regiones. En general, el combustible de madera (es decir, la leña y el carbón vegetal) representa un 53 por ciento aproximadamente del total de madera en rollo que se produce en el mundo. En cuanto a la distribución de la producción de combustible de madera entre las regiones, la mayor parte corresponde a Asia (44 por ciento aproximadamente), seguida de África (21 por ciento). En conjunto, Asia, África y América del Sur y Central representan el 76 por ciento de la producción mundial de combustibles de Madera.
DENDROENERGIA