El transporte es el sector de nuestra economía donde más rápido crecen las emisiones de gases de efecto invernadero. Y las previsiones apuntan a que en breve será el sector que más contribuya al cambio climático. Mucha de la responsabilidad de esta situación recae sobre las políticas en curso. El rápido y continuo crecimiento a lo largo de los últimos años, así como su previsible aumento futuro, convierten a este sector en uno de los principales agentes de insostenibilidad territorial, ambiental, social y económica.
Emisiones en el mundo
La intensidad del transporte de personas y mercancías es muy diferente según en qué parte del mundo nos fijemos. Así, a modo de ejemplo, sólo recordar que en la tierra hay unos 600 millones de automóviles, 0,09 vehículos por persona. Una vez más, la mayor responsabilidad en las emisiones de GEI debidas al transporte le corresponde a los países desarrollados, como muestra el gráfico 1, tanto en lo referido a la situación actual como a la estimada hasta 2030. El gráfico 2 permite comprobar que casi el 60% de las emisiones del transporte son imputables sólo a los ocho países del G-8.
El Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA identifica el transporte por carretera como el mayor causante del cambio climático. La generación de energía, aún siendo responsable del mayor impacto a nivel global, también produce un gran número de compuestos que aumentan la reflexividad de las nubes y otros efectos que servirían para reducir o paliar los efectos del calentamiento de los que son responsables.